"A veces es más fácil saltar en paracaídas que tomar un tren. Es triste."

Paulina Socha-Jakubowska, "Wprost": ¿Cuántos saltos en paracaídas has hecho?
Katarzyna Radecka: 23. La última vez que salté fue a principios de junio.
¿Siempre miras el lado positivo de la vida?
Lo intento. Mi vida no es la más fácil. He pasado por mucho en 40 años, pero he aprendido que si tienes sentido del humor y buena gente a tu alrededor, la vida puede ser hermosa.
¿Qué te aporta el salto de esquí, aparte de la sensación de libertad que a menudo se menciona en este contexto?
Una sensación de independencia. Tanto durante el salto como durante la preparación. Porque, aunque todavía necesito el apoyo de los demás, me desprendo momentáneamente de la silla de ruedas. Durante 20 minutos, no tengo que pensar en ello.
Además, la sensación de “depender” de otra persona en el aire es completamente diferente a la de la vida cotidiana, en tierra.
¿De dónde vienen los saltos en tu vida?
Desde que tengo memoria, siempre he tenido un gran impulso. Quería viajar, escaparme. Y lo hice. Me subía al tren y me iba. Era mi forma de explorar mis capacidades, porque lo hacía solo. Mis padres solo me llevaban a la estación de tren.
Empezó en la universidad. Viajé solo a Cracovia, Varsovia, Breslavia y la Triciudad. Claro, todavía estaba en silla de ruedas, pero esas pocas horas sin gente alrededor me dieron una sensación de independencia. Sabía que mientras no tuviera que ir al baño, estaría bien.
Pero también sabía que podía pedir ayuda a otros, que para mí no era un problema.
Wprost